Sus días eran eternos...como son los días cuando tienes una herida que te inhabilita el alma.
Vagando sin rumbo por una vida que le era desconocida.
Una mañana me dijo:
- Creo que estoy embarazada.
Sus ojos estaban vacíos, secos, sin aquella luz que los caracterizaba. Esa misma tarde confirmo sus sospechas.
- ¿Que piensas hacer?- le pregunté
- Le llamaré y se lo diré.
Y se lo dijo...
Y su voz sonó como la de un inquisidor perverso.
Se hizo cargo de todo, de la clínica, de la intervención, del dinero... de todo, menos de lo que realmente ella necesitaba.
Le dolió. Contó, que su dolor fue brutal, como si le arrancaran las entrañas.
Poco tiempo después supe que aquel dolor no fue físico, era dolor de amor, lamentos de soledad, lágrimas inútiles.
Y a pesar de que él, le repitiera hasta la saciedad que tenia una vida por delante... la buscaba y no la encontraba.
Hola: triste y dura experiencia. Cuando dolor y desengaño del amor, un aborto no todo el mundo sabe sobrellevarlo luego, para eso estan los psicologos, para ver si estas preparada. Hay gente que no se recupera de ese dolor, y todo por un novio egoista, o unos padres comodos.
ResponderEliminarLo siento mucho, espero un dia se recupere, encuentre el amor, y tenga un bebe.
Un abrazo.
Son unas decisiones tan difíciles, conozco muy de cerca una historia igual, pero con los personajes cambiados. A veces es él quien sufre el desgarro por la decisión de ella.
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