domingo, 16 de enero de 2011

¿Conoces esta fábula?

Había una vez una hormiguita y una cigarra que eran muy amigas...
Durante todo el otoño la hormiguita trabajo sin parar, almacenando comida para el invierno.
No aprovecho el sol, ni la suave brisa del atardecer, ni charlo con los amigos tomando una cervecita después de un día de trabajo.
Mientras, la cigarra solo andaba cantando con los amigos en los bares de la ciudad, sin desperdiciar ni un solo minuto. Cantó durante todo el otoño, bailó, aprovechó el sol y disfrutó muchisimo sin preocuparse por el mal tiempo que iba a llegar.
Pasados unos días llegó el frió.
La hormiguita exhausta de tanto trabajar, se metió en su humilde guarida repleta hasta el techo de comida.
Alguien la llamo por su nombre desde afuera y cuando abrió la puerta se sorprendió al ver a su amiga la cigarra dentro de un Ferrari y con un valioso abrigo.
La cigarra la dice:
- Hola amiga! voy a pasar el invierno a París. ¿Podrías cuidar de mi casa?
La hormiguita respondió:
- Sí claro! Desde luego. Pero que ocurrió?¿Donde conseguiste el dinero para ir a París, comprar ese Ferrari y ese abrigo tan bonito y caro?
Y la cigarra respondió:
- Estaba cantando la semana pasada y a un productor le gusto mi voz. Firmé un contrato para hacer bolos en París. A propósito ¿Necesitas algo de allí?
- Sí - dijo la hormiguita
- Si te encuentra a La Fontaine (autor de la fábula original) ¡¡¡ MANDALO AL CARAJO DE MI PARTE!!!

MORALEJA. Aprovecha la vida, dosifica el trabajo y la diversión, pues trabajar demasiado solo trae beneficios a las fábulas de La Fontaine.
Trabaja pero disfruta de la vida que es única. Si no encuentras a tu media naranja no te desanimes, busca medio limón, ponle azucar, hielo y se FELIZ.
Y recuerda:
¡¡¡VIVIR PARA TRABAJAR SOLO HACE FELIZ AL JEFE!!!

3 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Casos, y cosas de la vida...
    Muy bueno.
    ¡Nos vemos en París...!

    Saludos de J.M. Ojeda.
    Buen Domingo

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  2. No está mal la nueva version de la fabula la verdad aunque actualmente hay 4,5 millones de cigarras que estan al sol todo el dia paradas y que quizas desearian ser un poco más hormiguitas. Todos los excesos (trabajar mucho y nada) son malos la verdad.
    Besos y gracias por pasarte por mi blog. Te sigo

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  3. Me gustan las fábulas y los cuentos en los que se sustituye su final por otro menos "ejemplarizante". En los cuentos que yo le contaba a mis hijos, el patito feo seguía siendo patito feo de mayor, el príncipe se hacía currante y se iba con una cenicienta de zapatillas de lona, el sapo no se convertía en príncipe sino que la que lo besaba se convertía en rana, etc. En los cuentos siempre triunfa la belleza y el dinero, bonitas moralejas... Por eso me ha gustado tu nueva versión del cuento de la cigarra y la hormiga. El canto de la cigarra es una llamada al amor. Las hormigas ni siquiera tienen acceso a eso; por eso trabajan tanto, para no pensar...

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