Su vuelo llego puntual.
Se fijó en un mostrador para pedir un taxi ubicado frente al hall de arribos.
Dudó un instante, para acabar decidiéndose por el autobús.
En media hora llegó a su destino.
Se registro en el hotel, subió a la habitación y dejo su equipaje, no llevaba muchas cosas, en el equipaje de mano cabe mas bien poco, tan solo era un fin de semana y no había querido facturar maleta.
Husmeó por la habitación, no estaba mal, como casi siempre era peor, que las fotos que salen en Internet, pero bueno daba igual, se veía limpio, con eso ya le estaba bien.
Entró en el baño y se miró al espejo y sin saber por que sonrió. Se sentía bien, muy bien, tremendamente bien, como hacia mucho tiempo no se sentía.
Bajó de nuevo y pidió en recepción un mapa de Bari, pregunto por el centro histórico, la recepccionista muy amablemente le explicó donde estaban ubicados y donde se encontraba el casco antiguo, no le fue complicado entenderla, no sabia porque extraña razón, le resultaba fácil entender el italiano.
Salio a la calle, siguiendo la dirección que le había indicado, paseaba tranquilamente por la vía Scipione Crisanzio, sin prisas, saboreando cada minuto, era de noche, busco la luna, no la encontró.
Llego hasta la Via Rosi, se fijo en un restaurante que tenia un nombre larguisimo "Ristorante De Rossi Di De Sortis Pasquale", entro y se acomodo en una mesa, estaba semivacio ya era demasiado tarde, pidió una lassaña vegetal y una copa de vino, observaba a una pareja sentada cerca , él hablaba mientras ella le escuchaba con mucha atención, entrelazaban sus manos.
- Son una pareja nueva- pensó - ¡¡¡seguro!!!!
Terminó de cenar y regreso al hotel. Al día siguiente madrugaría, quería aprovechar el tiempo.
Por la mañana se despertó temprano.
Había dormido como un lirón.
De nuevo le invadió aquella sensación de bienestar, salto de la cama y se metió en la ducha, dejo el agua correr hasta que estuvo caliente...Perdió la noción del tiempo, nunca se había dado una ducha tan larga.
Bajo a desayunar, un cappuccino y un par de tostadas.
Una vez en la calle se dirigió en busca del centro histórico.
Había leído que el tacón de la bota de Italia, era lugar con antiguos tesoros rodeados por la belleza de sus colinas y sus 150 km de costas entre el mar Adriático y el mar Ionio (Jónico).
Que por su situación geográfica, Puglia es un importante y tradicional punto de unión entre el mundo griego y el medio oriente con occidente. Y que Bari, la capital de la región, es una ciudad moderna, llena de arte e historia, que se caracteriza por el cultivo de los productos más típicos de la agricultura mediterránea.
Aunque lo que mas le interesaba era la zona vieja de la ciudad, estrechas calles con una estructura urbanística que permanece inmutada desde la edad media.
De repente pensó:
- Primero buscare la playa, después el paseo marítimo...
La mas conocida tiene un nombre muy divertido, se llama "pane e pomodoro".
Se dirigió hasta allí. No tuvo duda cuando la encontró...
Aquella playa tenia una magia especial... seducía.
Descubrió una cafetería encristalada perfecta para contemplar el mar.
Se acomodó cerca de la cristalera, con sus ojos fijos en el horizonte absorta por tanta belleza.
Una voz la distrajo
- ¿Puedo? - le dijo señalándole una silla vacía
No lo podía creer
- ¡¡¡Has venido!!!
- ¿Lo dudabas?
- No contestaste a mi correo...
- Soy la respuesta. La aventura es la aventura ¿o no?
- ¿Como me has encontrado?
- Llevo un rato esperándote, sabia que vendrías a esta playa, sabia que te encontraría aquí...
Se sentó a su lado, sonriendo miraron el mar.
Sabían que seria especial, algo para recordar... un fin de semana para saborear a tragos lentos.
Hola: no se si esto es cierto o es un relato. Si es cierto que bonito encuentro, y aventura. Vaya algo más que aprendo de un siito que no conozco. Si es un Relato, ole, estas hecha una autentica escritora. Habra 2º parte? Un abrazo.
ResponderEliminarYo mejor, os visito de dos en dos cuando puedo, hoy te toco a ti. Me ha encantanto.
Mil bicos.
Hola Luz, me alegro muchisimo de que estes mejor!!!
ResponderEliminarEs un relato jajjajjaja y eres muy amable, se nota que eres mi amiga!!!
No habra segunda parte, porque es ya la tercera.
La primera fué "Hakuna matata", la segunda "Mañana", y esta, en principio la ultima, aunque nunca se sabe.
¿Sabes? yo tambien he descubierto un lugar que no conocia, cuando venga el buen tiempo pienso visitar Bari.
Un besazo enorme guapa (te sigo de cerca)
Me ha recordado una historia más cercana, una estación de tren a la que acudió, un hotel donde arrojé el reloj desde la cama al suelo, unos días (pocos) sin hora, sin más horizonte que la piel de ella y su sonrisa. Pero todo termina cuando vuelves a oír el tictac del reloj abandonado. La vida está hecha (necesita) de esos momentos.
ResponderEliminarAlgunos...no todos, hemos tenido la suerte de vivir esos momentos sin hora, donde nada importa, donde aparcas tu vida por unos dias (pocos), y te despojas de todo lo que te envuelve dando igual lo que eres, solo importa quien eres. Y te dejas ir...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo Diego, la vida necesita de esos momentos, aunque terminen al oir el tic tac del reloj...